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Cuando María Soria Carro tenía diez años, su padre le dibujó unos cuantos puntos en un papel y la retó a que los uniera entre sí con aristas que no se cruzaran. Junto con su hermana mayor, se entretuvo durante horas dibujando y tratando de resolverlo, aunque era prácticamente imposible por la cantidad de puntos. “Pero nos lo pasábamos bien”, confiesa. Así nació su vocación por las matemáticas. Originaria de Barcelona, hizo sus estudios en la Universitat Autònoma de su ciudad y posteriormente en la Universidad Autónoma de Madrid. Después se trasladó a Estados Unidos para hacer la tesis doctoral en la Universidad de Texas en Austin bajo la dirección del premio Abel (el llamado “Nobel de las matemáticas”) Luis Caffarelli y de Pablo Raúl Stinga, y actualmente es profesora en la Universidad de Rutgers de Estados Unidos. Es una de los seis jóvenes científicos que han sido galardonados con el premio Vicent Caselles de la Real Sociedad Matemática Española (RSME) y la Fundación BBVA por sus avances en matemáticas en sus primeros años de trayectoria.
Las ecuaciones que Soria (Barcelona, 30 años) estudia explican, por ejemplo, por qué un junco a medio sumergir en un lago parece estar quebrado. También se pueden emplear en ingeniería aeronáutica para desarrollar materiales compuestos por distintas fibras, como los que se utilizan para construir las alas de los aviones. “Es útil estudiar cómo ciertas ondas atraviesan este tipo de materiales para predecir cómo van a responder a impactos o vibraciones”, apunta.
Pregunta. Su interés por las matemáticas despertó con los juegos que le ponían sus padres cuando era pequeña, ¿las matemáticas siguen siendo un reto para usted?
Respuesta. Siguen siendo entretenidas, pero cuando llegas a un nivel avanzado, hay también muchos momentos difíciles. A veces estar pensando solo en matemáticas puede ser agotador. Cuando voy a trabajar al despacho, estoy solo soy yo con el boli y un papel haciendo cuentas durante horas. Al final termina el día y si no he conseguido probar nada, puede ser muy frustrante.
P. ¿Cómo maneja esa frustración?
R. A mí me viene bien desconectar y salir con amigos.
P. ¿Qué piensa de la representación mediática de los matemáticos o científicos, que a veces los muestran como personas obsesivas o aisladas del mundo?
R. Es verdad que hay matemáticos que quizás se encierran mucho en resolver un problema y eso te puede aislar. Al ser todo tan abstracto, se pierde un poquito la perspectiva. Hay matemáticos de todo tipo y unos son más sociables que otros. La matemática es por supuesto algo fundamental para mí, pero no puede ser la única prioridad. Es importante socializar y hacer otras cosas, pero entiendo por qué se encierra como complicadas a las personas que formamos parte del mundo matemático.
P. Usted ha sido reconocida siendo una mujer joven, ¿cómo ha sido desenvolverse en un campo en el que suele haber más hombres?
R. Siempre ha habido más hombres que mujeres. Tanto en la carrera, como en el trabajo y en los congresos a los que asisto, las chicas siempre somos minoría. Pero creo que es un tema que está mejorando. En los últimos años he visto muchas más profesoras de las que había cuando yo estudiaba y se nota la representación. Nunca me sentí menospreciada ni era un problema estar con más hombres, aunque sí es fundamental que haya cada vez más mujeres.
P. ¿Cómo acercar a las mujeres a las matemáticas?
R. Se necesita, sobre todo, representación. Si durante la carrera no tienen profesoras con las que quizá para ellas es más fácil hablar que con un hombre, puede ser difícil. Una manera es dar más visibilidad al trabajo de las mujeres, que formen parte de los reconocimientos y premiaciones. Otra buena iniciativa sería asistir a los colegios a dar charlas para captar la atención de las más pequeñitas que estén interesadas. Hay que hacerlas sentir que pueden y que existen oportunidades para ellas.
P. ¿Qué le parecieron las matemáticas que le daban en el colegio?
R. Tener buenos profesores me ayudó a continuar con mi interés en las matemáticas. Es importante tener profesores que les guste enseñar esta asignatura. Uno de los problemas que detecto es que si un profesor no está muy motivado, no te enseña bien y no despierta el interés en las matemáticas a los chicos. Yo tuve la suerte de tener padres matemáticos y eso me ayudaba a entender un poquito más, pero una vez que decides aventurarte por este mundo, es importante tener buenos mentores.
P. ¿Cómo ha sido su experiencia siendo profesora?
R. Los estudiantes son muy agradecidos de la enseñanza y para mí es muy gratificante.
P. ¿Es habitual que se abandone la carrera de matemáticas?
R. Muchos jóvenes no terminan sus estudios porque ven ahora muy atractivo trabajar en empresas, en especial ahora con el auge de la inteligencia artificial. Se puede cobrar muy bien como matemático en este campo y el mundo académico puede ser complicado para conseguir estabilidad. Yo tengo 30 años y me apetece tenerla, pero no es fácil conseguir una plaza fija.
P. ¿Cómo se percibe el auge de la inteligencia artificial (IA) desde el mundo de las matemáticas?
R. Por ahora se ha probado que no es del todo eficiente. No te va a resolver un problema de cuestión abierta por ejemplo.
P. ¿Percibió una preocupación respecto a la inteligencia artificial de que las matemáticas fueran una profesión que se pueda reemplazar?
R. Sí hubo preocupación, pero al menos por ahora no son motivo de alarma. Como profesora no estoy de acuerdo en que mis alumnos la utilicen para resolver ejercicios. Le quita el propósito. Me preocupa que los chicos de hoy en día aprendan usando estas herramientas, nos estamos esforzando menos.
P. ¿Usted las ha usado?
R. Lo he probado, pero para mi campo no sirve. La he utilizado para alguna cuestión de preguntas puntuales externas a las matemáticas, pero realmente no mucho.
P. Ha destacado la aplicación en la aeronáutica, ¿en qué otros campos se pueden aplicar las ecuaciones que resuelve?
R. En ciencias de la tierra sirven para estudiar la interacción entre los océanos y la atmósfera de la tierra. Y en biología, si tienes dos especies de poblaciones que viven en regiones contiguas, puedes observar qué interacción hay entre estas dos especies.
P. Durante el proceso de resolución de problemas matemáticos, ¿piensa en su aplicación social?
R. No suelo hacerlo porque los matemáticos teóricos alcanzamos resultados muy abstractos, al contrario de lo que pasa en el mundo empresarial, donde tienen una aplicación concreta. No vemos tanto el impacto directo con la sociedad, pero cuando reflexionamos sobre un problema matemático sí pensamos dónde se podría aplicar y qué utilidad tiene. Es verdad que como matemático te puedes perder un poco en lo abstracto y a veces viene bien tener un enfoque concreto y en ese caso, una motivación puede ser pensar en su posible aplicación.
P. ¿Qué son las matemáticas para usted?
R. Son un lenguaje. Sirven para describir el mundo que nos rodea. Forman parte de mi vida, crecí con ellas y ahora es mi profesión también. Es un mundo maravilloso.
P. ¿Qué es lo que más le gusta de ellas?
R. Me gusta que sean exactas. Dicen la verdad y no son subjetivas. Están en todas partes y detrás de muchos campos. En ciencia, desde la biología hasta la química se necesitan matemáticas.
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