Un grupo de médicos denuncia la muerte de una docena de monos en los ensayos de chips cerebrales de Elon Musk | Ciencia

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Un grupo de ética médica ha pedido este jueves que se investigue la muerte de una docena de monos en los ensayos de la empresa estadounidense Neuralink, que experimenta con implantes cerebrales. El magnate Elon Musk, fundador de esta compañía biotecnológica, afirmó el 10 de septiembre que algunos animales murieron por enfermedades terminales en las pruebas, pero el Comité de Médicos para una Medicina Responsable, una organización sin ánimo de lucro con sede en Washington, ha denunciado ante la Comisión de Bolsa y Valores de EE UU (SEC) que los primates fallecieron por complicaciones con los procedimientos del implante. Este martes, la empresa anunció que busca voluntarios para probar un chip cerebral en humanos, con el visto bueno de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA).

El proyecto Interfaz Cerebro-Computadora Precisa Implantada Robóticamente (PRIME, por sus siglas en inglés) de Neuralink tiene como objetivo que las personas con tetraplejia por lesiones en la médula espinal cervical, o por esclerosis lateral amiotrófica (ELA), controlen con la mente dispositivos externos. La promesa de Musk es revolucionar las prótesis con un implante que permita a los cerebros humanos comunicarse de forma inalámbrica con dispositivos artificiales, e incluso entre sí. En 2021, Neuralink publicó un vídeo de un mono jugando a un videojuego que copiaba la dinámica del pimpón. En el vídeo, con más de seis millones de reproducciones, un animal llamado Pager controlaba los mandos con la mirada. La compañía le había implantado dos chips seis meses antes. “Primero lo entrenamos para jugar con un mando, pero después se lo quitamos y le insertamos el Neuralink”, explicó Musk.

La empresa se fundó en 2017 y comenzó a hacer experimentos con animales luego de 12 meses. Hace un año, una investigación de la agencia Reuters indicó que la compañía había sacrificado alrededor de 1.500 animales, incluidos más de 280 ovejas, cerdos y monos que padecieron trastornos de alto sufrimiento antes de morir. Pero no fue hasta el pasado 10 de septiembre que Musk reconoció las muertes de los macacos, aunque negó que alguna de ellas fuera resultado de un implante Neuralink. “Somos extremadamente cuidadosos”, declaró en una presentación de la compañía. El grupo que ha denunciado ante la SEC afirma que los comentarios de Musk sobre las muertes de los animales fueron “engañosos, falsos” y que los inversores “merecen escuchar la verdad sobre la seguridad y comerciabilidad del producto de Neuralink”. La empresa ha recaudado más de 280 millones de dólares de inversores externos.

Desde septiembre de 2017 hasta finales de 2020, los experimentos de la compañía contaron con la ayuda del personal del Centro Nacional de Investigación de Primates de California. La revista estadounidense Wired ha publicado una investigación en la que ha reunido los registros del centro científico y el testimonio de un extrabajador de Neuralink. De acuerdo con los documentos, doce de los primates que se utilizaron para los estudios padecieron diarrea con sangre, parálisis parcial y edemas cerebrales antes de morir.

La investigación de Wired narra una batería de complicaciones que se desarrollaron luego de la implantación quirúrgica en el cerebro de los monos. Uno de ellos, identificado como “Animal 20″ en los registros veterinarios, se habría rascado en la herida de la operación, desprendiendo parte del dispositivo. Los investigadores realizaron una intervención para reparar el problema, pero las infecciones se arraigaron. Fue sacrificado el 6 de enero de 2020.

“Animal 15″ y “Animal 22″ también habrían muerto por los procedimientos del implante. La hembra “Animal 15″ presionaba la cabeza contra el suelo, como probable signo de dolor por una infección. Los veterinarios la observaban incómoda y tirando de su implante hasta sangrar. Pasó sus últimos días tumbada y tomada de la mano con su compañera de jaula. Otro mono más, el Animal 22, fue sacrificado en marzo de 2020 después de que su implante craneal se aflojara. La necropsia establece que “el fallo del implante puede considerarse puramente mecánico y no exacerbado por una infección”. Las fuentes de Wired, que pidieron mantenerse anónimas, sostienen que no pudieron morir por causas naturales y que los tuvieron bajo cuidado durante aproximadamente un año antes de realizarles cualquier cirugía: “Es difícil imaginar que estos monos, que no eran adultos, fueran terminales por alguna razón”.

Ahora Neuralink está un paso más cerca de colocar los implantes en personas y Elon Musk lo ha celebrado en la red social X (antes Twitter): “A largo plazo, Neuralink espera desempeñar un papel en la reducción del riesgo de la inteligencia artificial para la civilización, mejorando el ancho de banda desde el humano a la inteligencia artificial (y de humano a humano) en varios órdenes de magnitud. Imaginen si Stephen Hawking hubiera tenido esto”.

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