Cristiano Amon, presidente de Qualcomm: “Estamos más que dispuestos a asociarnos con fabricantes de chips en Europa” | Tecnología

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Cristiano Amon, presidente de Qualcomm,  presenta la generación de chips  Snapdragon 8 Gen 2 el pasado martes en Maui (EE UU).
Cristiano Amon, presidente de Qualcomm, presenta la generación de chips Snapdragon 8 Gen 2 el pasado martes en Maui (EE UU).Qualcomm

Cristiano Amon preside y dirige desde junio de 2021 Qualcomm, la multinacional norteamericana creadora de los chips (semiconductores) presentes en más de 2.000 dispositivos que, sin estos circuitos, no serían más que pisapapeles. A este ingeniero, nacido en São Paulo (Brasil) hace 52 años, le entusiasman las artes marciales. Dicen sus colaboradores que esta afición le ha enseñado a no menospreciar a sus rivales. Es el primero en llegar a la oficina y arenga a sus empleados más directos (la compañía cuenta con 45.000 trabajadores en todo el mundo) con la metáfora del gladiador en el coliseo romano: “Solo si vences, tienes la oportunidad de volver a la arena”.

La compañía que dirige Amon es una de las madres de la conectividad móvil (desde el viejo 3G) y está detrás de todas las generaciones de conexiones inalámbricas (ya están listos para el Wifi 7). El corazón de los nuevos desarrollos lo acaba de presentar el director general de Qualcomm en la isla hawaiana de Maui, un evento al que ha sido invitado El País junto a otros medios internacionales. Se trata del Snapdragon 8 Gen 2, un chip creado para procesar con inteligencia artificial y que multiplica por 4,35 el rendimiento con un 60% menos de consumo energético. Es la baza de la multinacional para sortear la “tormenta perfecta” en la industria de los semiconductores.

Pregunta. El mercado de los chips ha pasado de una crisis de oferta a una de demanda debido a los efectos de la inflación en las ventas de dispositivos. ¿Cuál es su perspectiva?

Respuesta. Los chips son un ingrediente esencial de nuestra economía digital y los vamos a seguir necesitando más y más a medida que todo se conecte inteligentemente. Solo hay que mirar la industria del automóvil: cada nueva generación multiplica por 10 el número de semiconductores. Así que nada ha cambiado en la perspectiva a largo plazo. En los próximos cinco o diez años habrá que duplicar la capacidad total de fabricación de chips en todo el mundo. Lo que está sucediendo a corto plazo es algo diferente y es un evento muy cíclico, temporal. Tuvimos durante unos dos años el suministro limitado porque la pandemia [de la covid] aceleró la demanda de productos. La gente compró nuevos teléfonos, computadoras e impresoras y reclamó banda ancha, etcétera. Como resultado, las empresas empezaron a aumentar su producción y las restricciones comenzaron a resolverse. Entonces se produce un entorno macroeconómico de incertidumbre: inflación, alto coste de energía, China bloqueada… Ha sido una tormenta perfecta. Son eventos cíclicos que pueden durar uno o dos trimestres, pero luego la industria vuelve a la normalidad. Creo que iniciativas como la ley de Estados Unidos de los Chips y la Ciencia [Chips and Science Act, una reciente ley de ayudas federales para fomentar la fabricación de microprocesadores en los EEUU] es más importante que nunca porque necesitamos tener una cadena de suministro resiliente y diversa geográficamente.

Necesitamos tener una cadena de suministro resiliente y diversa geográficamente

P. De esa iniciativa surge una inversión de su empresa y GlobalFoundries para destinar 4.110 millones de euros a ampliar la fábrica de chips de la segunda compañía en Nueva York. Sin embargo, Europa sigue muy dependiente de mercados externos. ¿Tiene algún plan de inversión similar en España o en Latinoamérica?

R. Permítame una aclaración importante: nosotros [Qualcomm] no fabricamos. Sin embargo, hemos sido muy activos apoyando y dirigiendo a nuestros proveedores. Trabajamos con GlobalFoundries, con TSMC en Taiwán, con Samsung en Corea, y les hemos dirigido para que inviertan en diferentes zonas geográficas. Estaremos encantados de hacer con TSMC o Samsung, por ejemplo, lo mismo que hemos hecho con GlobalFoundries para aumentar la producción en Estados Unidos. Si quieren invertir en fabricar en Europa, estamos más que dispuestos a asociarnos con ellos y ser un cliente.

P. Acaba de presentar su nueva generación de chips, la Snapdragon 8 Gen 2, que aspira a la convergencia del móvil con otros dispositivos. ¿Qué significa?

R. Las tecnologías móviles van a todos los otros dispositivos, por lo que todos ellos, ahora, se están habilitando con tecnología que estaba disponible en dispositivos móviles. Se trata de hacer que todos los demás aparatos estén tan conectados como un teléfono inteligente. Ahí es donde estamos. Snapdragon evoluciona hacia eso, del teléfono al portátil de Windows, al automóvil o a los auriculares. Básicamente, estamos en cómo llevar la experiencia móvil a todos los dispositivos.

P. ¿Cree en el metaverso?

R. Sí, el metaverso significa diferentes personas, cosas y compañías. La forma más sencilla de explicar por qué estamos tan enfocados en esto y creemos que va a ser una gran oportunidad es la fusión de espacios físicos y digitales conectados a la nube. Vas a tener gemelos digitales de todo y la capacidad de acceder a ellos desde el mundo virtual y traerlos frente a tus ojos. Hay muchas y casos de uso interesantes y no se trata de que una compañía haga todo ni que, de repente, vivas tu vida de forma virtual. Vas a tener diferentes aplicaciones de consumidor a empresa y de consumidor a consumidor. Es fácil ver un mundo totalmente inmersivo en realidad virtual donde puedes mantener interacciones sociales, ir a una aplicación empresarial o beneficiarte de un plan de educación. Estamos justo al comienzo y vamos a conocer, a medida que los dispositivos se vuelvan más pequeños y asequibles, un ecosistema de desarrolladores de aplicaciones. El metaverso va a ser eventualmente tan grande como el mundo de los teléfonos móviles.

El metaverso va a ser eventualmente tan grande como el mundo de los teléfonos móviles

P. La nueva generación de Snapdragon reivindica ser más poderosa en cuanto a procesamiento y más eficiente energéticamente.

R. El teléfono inteligente ha sido probablemente uno de los dispositivos más eficientes en la electrónica de consumo y contribuyó dramáticamente a reducir el gasto de energía y a la sostenibilidad al eliminar dispositivos como las cámaras o los reproductores portátiles de música y vídeo. Hay algo único en el teléfono inteligente: es un dispositivo de muy baja potencia y eficiente, pero para que toda la nueva tecnología sea eficaz a velocidades de gigabits o para jugar con la calidad de una consola o para aplicar inteligencia artificial a la cámara, todo el procesamiento se tiene que hacer sin comprometer la duración de la batería. Esta tiene que durar todo el día. El Snapdragon tiene una capacidad increíble para la computación, pero reduciendo el consumo de energía para que, al final, todavía tengas un día completo de batería.

P. Qualcomm ha estado en el origen de los desarrollos de conectividad y ahora ya se vuelca con el Wifi 7, la última generación de conexión inalámbrica. ¿Está el resto de la industria preparada?

R. Definitivamente. Piensa en todos los dispositivos que tenemos en este momento conectados de forma inalámbrica. La conectividad de última milla [de tramo final] es inalámbrica y vamos a ver un mundo donde todos los dispositivos dispondrán de 5G [última generación de conexión móvil]. Lo aprendimos durante la pandemia. Ahora, por ejemplo, si hay una reunión de empresa, algunas personas asistirán de forma remota, conectadas a dispositivos. Tendrán muchos datos almacenados en a la nube y necesitarán un canal de ancho de banda grande y mínima latencia. El trabajo está cambiando y todos vamos a necesitar Wifi 7. También para los teléfonos, que son dispositivos de productividad. La transición a esta generación inalámbrica va a ser más rápida de lo que creemos. Se implementará en la empresa y, pronto, para la banda ancha doméstica.

La transición al Wifi 7, la última generación inalámbrica, va a ser más rápida de lo que creemos.

P. Pero las compañías de telecomunicaciones están en una guerra de precios y afirman que, con los márgenes actuales, no pueden invertir.

R. La economía digital necesitará una sociedad de gigabit, así que hablamos de conectividad, ya sea fibra hasta el hogar con wifi o 5G móvil. Esa infraestructura es crítica para la economía, como las carreteras, los ferrocarriles o la red eléctrica, y tiene implicaciones directas en la competitividad cuando todo se mueve hacia lo digital. Esta es la razón por la que realmente me gusta y apoyo plenamente algunas de las iniciativas de la UE o de empresas como Telefónica para que las principales empresas que se aprovechan de esta infraestructura con servicios en la nube paguen de forma que generen inversiones. Al final, si España o cualquier otro país no construye una red de infraestructuras críticas para esa sociedad gigabit, tendrá muchas más consecuencias que el hecho de que un consumidor tenga una conexión más o menos rápida. Que las empresas con servicios en la nube y que usan la infraestructura deben pagar. Creo que es una gran iniciativa y muy importante.

Apoyo plenamente iniciativas como la de Telefónica para que las principales empresas que se aprovechan de la infraestructura con servicios en la nube paguen de forma que generen inversiones

P. Practica artes marciales. ¿Le ayuda a competir en el mundo de la tecnología o este debe tender a la cooperación?

R. Es una pregunta complicada y tengo dos respuestas. La primera es que la industria ha tenido que aprender a coompetir [palabra formada por los verbos cooperar y competir] porque ninguna compañía puede hacer todo y, al final, necesitas asociaciones. Qualcomm es proveedor de chips para Samsung, que lleva Snapdragon en algunos de sus modelos. Al mismo tiempo, Samsung es mi proveedor, ya que hemos utilizado sus factorías. Las empresas tienen que cooperar mucho y ese es el camino que seguir. La otra respuesta es que la tecnología es un negocio difícil. Con el equipo de Qualcomm utilizo la analogía del gladiador. Cuando apuestas por una tecnología con grandes inversiones es como dos luchadores en el coliseo romano y solo hay tres resultados posibles: ganar, perder o que los dos pierdan. Pero solo si ganas, puedes volver a la arena.

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