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ByteDance, el gigante tecnológico chino dueño de la popular red social TikTok, ha admitido este jueves que varios empleados de la red social espiaron a periodistas de la revista Forbes que investigaban el vínculo de la rama estadounidense de la empresa con China. La información fue revelada en octubre, pero ha sido confirmada esta mañana por la publicación especializada en negocios, que tuvo acceso a una investigación interna de la compañía. Forbes asegura que, tras el escándalo, ByteDance despidió al auditor interno y a otros dos trabajadores de su equipo.
La investigación interna llegó a conocerse dentro de ByteDance como Project Raven (Proyecto Cuervo). Esta se inició después de que Buzzfeed News publicara una serie de reportajes donde se afirmaba que varios empleados de TikTok habían tenido acceso a la información privada de varios usuarios en EE UU. La compañía no negó los hechos, pero informó en un comunicado que TikTok no se ponía como objetivo espiar a miembros del Gobierno, activistas, figuras públicas o periodistas.
Esto no fue cierto, según revela ahora la investigación interna. Las periodistas Emily Baker-White, Katherine Schwab y Richard Nieva, quienes laboraron primero en Buzzfeed y ahora lo hacen para Forbes, fueron espiadas. El documento de la empresa, no obstante, no identifica a los reporteros y se limita en admitir que sus empleados obtuvieron información “de un antiguo reportero de BuzzFeed y de un periodista del Financial Times” a través de sus cuentas de la red social, además de la de un “pequeño grupo relacionado con los periodistas”.
Los reporteros formaban parte del equipo de investigación que documentó el crecimiento exponencial que ha tenido la red social en Estados Unidos gracias a las descargas de la aplicación entre la generación Z. Entre las conclusiones de sus trabajos se encuentra que TikTok contrató a más de 300 empleados de los medios estatales chinos expertos en propaganda; que han incurrido en prácticas de espionaje industrial y que la estrategia del día a día en el territorio americano se sigue dictando desde Pekín, lo que ha provocado un éxodo de ejecutivos y gran frustración.
Según Forbes, la trama de espionaje pretendía dar con las fuentes que estaban nutriendo el hilo de reportajes. Tras darse a conocer el espionaje, ByteDance despidió a Chris Lepitak, el encargo de realizar las auditorías internas dentro de la empresa. Su supervisor, Song Ye, quien reportaba directamente al consejero delegado de ByteDance, también dimitió después de que estalló el escándalo. Asimismo, la empresa despidió a otros dos empleados, uno en Estados Unidos y otro en China, después de darse a conocer los hallazgos.
La confirmación del espionaje a periodistas llega en pleno momento de tensión entre las autoridades estadounidenses y TikTok. Varios senadores, entre ellos el demócrata Mark Warner, han elevado la presión sobre el Departamento de Justicia para que anuncie un plan para blindar la información de los usuarios de la aplicación. Si este no llega pronto, ha advertido el legislador, el Congreso llenará el vacío votando una serie de medidas de protección.
Algunos Estados de la Unión han comenzado a emprender acciones en solitario para evitar que datos de usuarios terminen en manos chinas. Al menos 14 entidades han prohibido que TikTok sea descargado en teléfonos oficiales. Esta misma prohibición podría llegar pronto para los funcionarios del Gobierno federal, una vez que se vote en el Capitolio una norma que es apoyada tanto por demócratas como republicanos, y que regula el acceso a la plataforma de videos para los burócratas. El Gobierno de Indiana demandó a la empresa por fallos de seguridad, publicidad engañosa y por poner en peligro a los usuarios menores de edad, que pueden estar expuestos a contenidos para adultos.
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