Zaragoza (EFE).- Los fotoperiodistas aragoneses Judith Prat y Diego Ibarra dialogan en una exposición con Francisco de Goya sobre la barbarie, las escabechinas y “Los Desastres de las Guerras” que, doscientos años después, siguen provocando los seres humanos en estos conflictos armados.
A su faceta de pintor y grabador Goya unió la de ser un excepcional cronista de la historia y sus series de grabados así lo reflejaron sobre todo los 82 que realizó bajo el título “Los Desastres de la Guerra”.
En la actualidad, cambiando el buril, el pincel o el lápiz por una máquina fotográfica, Judith Prat y Diego Ibarra acumulan varias décadas plasmando las diferentes guerras y conflictos que asolan el mundo, a pesar de que unas tienen todos los ojos puestos sobre ellas y otras a pesar de su existencia pasan desapercibidas a los ciudadanos.
Guerras más sofisticadas, mismo sufrimiento
“Las guerras se han sofisticado, pero el sufrimiento sigue siendo el mismo”, ha explicado Judith Prat en la presentación de esta exposición que se puede ver en el Patio de la Infanta de Ibercaja de Zaragoza hasta el próximo 24 de septiembre.
Junto a Judit Prat y Diego Ibarra, ha presentado la exposición José Luis Rodrigo, director general de Fundación Ibercaja; Mayte Ciriza, jefa del Área de Cultura; y Pilar Irala, comisaria e investigadora de la Universidad San Jorge.
En el espacio expositivo, donde está presente toda la serie de 82 grabados, un total de 26 de los trabajos del genio de Fuendetodos dialogan con otras tantas impactantes fotografías tomadas por los fotoperiodistas en diferentes conflictos armados que han cubierto en diferentes partes del mundo.

La barbarie, la violencia y las injustas consecuencias derivadas de los conflictos armados centran esta exposición que invita a reflexionar sobre el desastre que generan y han generado las guerras a lo largo de la historia aunque no haya quedado constancia gráfica.
Imágenes “sorprendentemente parecidas”
“Son los mismos horrores que inmortalizó Goya hace dos siglos y que se repiten ahora. Es una exposición que entraña dolor en la que los protagonistas son los que sufren a través de un trabajo valiente y riguroso del que han sido testigos los autores”, ha manifestado José Luis Rodrigo.
En la muestra destaca como en varios casos las imágenes que plasmó Goya resultan “sorprendentemente” parecidas en una exposición en la que se muestran dos niveles en el diálogo de las imágenes, uno más simbólico y otro en el que la iconografía tiene una relación directa entre el grabado y la fotografía que “salieron solas”.
Pilar Irala ha explicado que el primer trabajo que realizó en la preparación de la muestra fue “estar horas mirando Los Desastres y las imágenes de Goya, que son horrorosas y perturbadoras e incluso más duras que algunas fotografías”.
Los dibujos que hizo Goya pueden considerarse ilustraciones de prensa, y que de alguna manera inventó el reportaje gráfico y participó en el nacimiento de un periodismo visual.
Irala ha insistido en que se ha tratado de montar una exposición pedagógica, en la que dado el ingente material con el que cuentan Prat e Ibarra se podían haber conseguido 82 dípticos “pero no cabían en la sala”.
Llamada a la reflexión
Esta muestra persigue un doble objetivo, motivar la reflexión sobre la barbarie humana y poner en valor a los fotoperiodistas, que cumplen con rigor y valentía una profesión muy difícil a nivel profesional y personal.
“Los desastres de las guerras” pone en diálogo instantes distantes en el tiempo y el espacio, pero con un claro punto en común: todos ellos retratan las atrocidades de la guerra y las horribles consecuencias que siempre recaen sobre la población.
Por un lado, Francisco de Goya, quien inmortalizó a través de su serie de grabados Desastres de la Guerra, el hambre, la miseria y la crueldad de la Guerra de la Independencia en Zaragoza (1808-1814).

Por otro lado, ambos fotoperiodistas a través de sus objetivos capturan el dolor, la angustia y la impotencia de personas que lo han perdido todo en países como Pakistán, Irak, Irán, Nigeria, el Congo, Colombia, Yemen, Afganistán, Siria o más recientemente, Ucrania.
Mediante grabados del siglo XIX o gracias a fotografías tomadas en diferentes conflictos armados entre 2011 y 2022, tanto Goya como Ibarra y Prat se convierten en los verdaderos testigos de las guerras, especialmente de sus consecuencias.
“Es necesario ser explícito”
Diego Ibarra ha reconocido que es “la primera vez que me desnudo en ser tan explícito y lo hago en homenaje a Goya” pero también ha defendido la necesidad de “a veces ser explícitos porque es necesario mostrar el horror. Tenemos que contar lo que no quieren que se cuente y ser testigos incómodos. Nuestro trabajo consiste en mostrar y visibilizar”.
También ha subrayado que ser “testigos incómodos incomoda” y ha defendido la necesidad de un juicio justo para el periodista español Pablo González encarcelado desde hace un año y medio en Polonia cuando cubría el comienzo de la guerra de Ucrania.
La muestra está planteada mediante dípticos, donde el conjunto de grabados y fotografías presentan escenas prácticamente idénticas, en las que se repiten los mismos gestos y situaciones.
Junto con la violencia y el dolor que protagonizan las piezas exhibidas- todas ellas sin cristal lo que permite acercarnos aún más a su realidad- se describen varios temas como la salud mental y la situación de los enfermos en estos países o el papel de las mujeres, que no solo son víctimas, sino también ejemplo de fortaleza y valentía para afrontar las guerras y sacar adelante a sus familias.