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Las buenas encuestas locales y autonómicas y la percepción de que los gobiernos «se consolidan» hacen tener perspectivas optimistas al partido | El agujero son las grandes ciudades, en las que Sánchez se volcará, y la que parece más cercana es la capital catalana. Madrid queda mucho más lejos
Ya se lo avisó Pedro Sánchez a sus compañeros del comité federal del PSOE el pasado 23 de julio: la «prioridad clara» son las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. Porque en ellas el partido se juega todo su poder territorial, y mantenerlo es capital de cara a la siguiente competición, las generales previstas para diciembre de 2023. Hasta ahora, en lo que va de legislatura, sí ha habido comicios en Euskadi, Galicia, Catalunya, Madrid, Castilla y León, Andalucía. Pero en ninguno de ellos un socialista partía como presidente. El 28-M sí. De ahí que el PSOE sea muy consciente de que estas son sus verdaderas elecciones, y las perspectivas que maneja, en la cúpula de Sánchez y en las federaciones, no son nada pesimistas. Confía en mantener sus nueve gobiernos autonómicos —además de Cantabria, donde es el socio minoritario del Ejecutivo—, con la duda sobre La Rioja. Y aspira también a ganar las locales y coger músculo en las grandes ciudades, que es de largo su asignatura pendiente. Reconquistar Barcelona parece la apuesta más al alcance de la mano. Desde luego, mucho más que Madrid, que escapó de su control hace la friolera de 33 años.
En la Moncloa no niegan la realidad de las encuestas, que pintan unánimemente al PP por delante en generales. Pero a renglón seguido añaden que si algo ha demostrado la sucesión de autonómicas entre 2020 y 2022 es que los ciudadanos han revalidado la confianza en sus respectivos presidentes, con la salvedad de Catalunya, donde el PSC quedó primero con Salvador Illa al frente y ERC se hizo con el liderazgo del espectro independentista, por encima de Junts. Así, fueron reelegidos Iñigo Urkullu en el País Vasco, Alberto Núñez Feijóo en Galicia —reemplazado el pasado mayo por Alfonso Rueda—, Isabel Díaz Ayuso en Madrid, Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León y Juanma Moreno en Andalucía. Esa secuencia, la de la «consolidación» de los gobiernos que han estado al frente de la gestión de la pandemia, creen fuentes próximas a Sánchez, se repetirá el 28-M.
El partido cuenta con que podrá mantener sus nueve gobiernos autonómicos y seguir de aliado de Revilla en Cantabria. La mayor duda, ‘a priori’, planea sobre La Rioja
«Las encuestas en todos los territorios en los que gobernamos son buenas para el PSOE o muestran que hay batalla«, concluyen a su vez en Ferraz, donde está pendiente un estudio preelectoral pormenorizado, que se empezará a trabajar a la vuelta de vacaciones. Según un primer análisis, por tanto, no peligraría ninguno de los nueve gobiernos autonómicos que lideran los socialistas: los más afianzados son Adrián Barbón (Asturias), Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) —ambos son los únicos que disfrutan de sendas mayorías absolutas— y Ángel Víctor Torres (Canarias).
También se prevé que repitan, aunque las sumas siempre serán complicadas por la fragmentación parlamentaria, Ximo Puig (Valencia), Javier Lambán (Aragón), Francina Armengol (Baleares) y María Chivite (Navarra). La comunidad que se presentaría ‘a priori’ más complicada, según la dirección federal, es La Rioja, ya que Concha Andreu logró la investidura tras un costosísimo acuerdo con Unidas Podemos, y juntos suman un solo escaño más que PP y Cs. Madrid y Murcia, según los cálculos del PSOE, volverán a ser ganadas para la derecha, en Castilla y León en teoría no habrá urnas (las hubo el pasado febrero) y en Cantabria podrá reeditarse la coalición entre el PRC de Miguel Ángel Revilla y el PSOE de Pablo Zuloaga. Este, como vicepresidente regional, y todos los presidentes autonómicos socialistas son de manera casi automática candidatos en 2023, aunque este otoño se debe cumplir con la formalidad del proceso.
Diferencias entre autonomías
No obstante, no todos cuentan con el mismo colchón de seguridad. Page, por ejemplo, tiene 19 escaños de unas Cortes de 33 diputados, por los 10 del PP y los cuatro que obtuvo Cs. Pero no se sienta Unidas Podemos y es probable que los naranjas, como ha ocurrido en los comicios precedentes, o desaparezcan o logren una representación pírrica. Es decir, que para Page es capital preservar a pulmón su mayoría absoluta frente a PP-Vox. Vara (34 actas) y UP (4) están muy por delante de PP (20) y Cs (7) en Extremadura.
«Las encuestas en todos los territorios en los que gobernamos son buenas para el PSOE o muestran que hay batalla», sostienen en Ferraz
Las diferencias, pues, serán más ajustadas para Puig (que ha visto vivir a su socio de Compromís su momento más bajo), Lambán —el PP podría ganar, pero solo podría sumar con Vox, porque el PAR repudia a la ultraderecha y forma parte del cuatripartito, con el PSOE, Chunta y Podemos—, Armengol o Chivite (en Navarra no está claro cómo concurrirán el PP y UPN y sus escindidos). Y en La Rioja la derecha ha sido tradicionalmente muy fuerte, y Andreu ha tenido conflictos internos con su propio partido. En el equipo de la presidenta insisten, sin embargo, en que ella se ha consolidado y que también el PP conquistó mayorías absolutas por un solo escaño. A favor del PSOE juega, y esto lo repiten en Ferraz y en los territorios, su mayor capacidad de suma, porque los populares, con Cs al borde de su muerte política, «solo pueden sumar con Vox», que a su vez espanta a otras formaciones regionalistas.
Esa presumible mayor facilidad de pacto de los socialistas también opera en el ámbito municipal. De las 50 capitales de provincia y dos ciudades autónomas, el PSOE dirige ahora mismo 22, y el PP, solo 12, y el resto está en manos de otras formaciones, entre ellas los comunes (Barcelona), ERC (Tarragona y Lleida), Junts (Girona), PNV (Bilbao, San Sebastián y Vitoria), Compromís (València), Cs (Badajoz, Ciudad Real y Melilla), UPN (Pamplona) o IU (Zamora). En 2019, el PSOE arrasó en las locales: cosechó 6,65 millones de votos (el 29,26%), por los 5,05 millones de papeletas (22,23%) del PP. Distancia que el 28-M, probablemente, se verá reducida.
El PSOE arrasó en las locales de 2019. Hoy dirige 22 capitales de provincia, por las 12 que lidera el PP, pero las mayores son Sevilla, Valladolid y Las Palmas
Pero de esas 22 capitales, las plazas más importantes son Sevilla, Murcia, Palma, Las Palmas y Valladolid. El PSOE lleva años sufriendo un agujero en las grandes ciudades. De ahí que el objetivo prioritario para los comicios del 28-M sea volcarse en ellas, como insisten en Ferraz, porque son las que «hacen visible» un buen resultado. Barcelona es la urbe que creen más a tiro, por su victoria en las últimas autonómicas y por la consistente ventaja que pintan todas las encuestas, y también por el desgaste de la regidora, Ada Colau. El candidato no está nombrado. Sánchez aprueba que repita el primer teniente de alcaldía, Jaume Collboni, aunque consultará con el primer secretario, Salvador Illa. El ministro Miquel Iceta se ha descartado de forma nítida. Reconquistar Barcelona 12 años después sería un espaldarazo inequívoco para los socialistas.
València se presenta como más complicada por la mayor fortaleza de su primer edil, Joan Ribó. Y tampoco está decidido el candidato, aunque el PSPV apuesta por la número dos del Ayuntamiento, Sandra Gómez. En Zaragoza, ganó los comicios de 2019 la actual titular de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, pero no pudo gobernar porque se aliaron PP y Cs con Vox. El alcalde, Jorge Azcón, está muy asentado y el mayor peligro para Lambán es que él compita por el Gobierno regional, aunque según los cálculos de los socialistas arriesgaría la ciudad. El PSOE tampoco ha decidido quién será su cabeza de cartel en 2023.
El termómetro de Sevilla… o Aragón
Madrid es, como siempre, el agujero negro para los socialistas. Ya fueron cuartos en las últimas municipales. Ahora aspirar a recuperar posiciones en la capital y en la región, donde quedaron terceros en las autonómicas de 2021. El partido está pensándose sus opciones, aprovechando la erosión del alcalde, el popular José Luis Martínez-Almeida. Así, Sánchez podría confirmar como cabeza de cartel para el Ayuntamiento a la actual delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, o buscar una alternativa de mayor relieve. El cartel en la Comunidad sería el líder del PSOE-M, Juan Lobato, aunque su nombre no está ratificado, por lo que cabría que el presidente removiera a uno de los dos, a ambos o a ninguno. En la Región de Murcia, feudo PP, debutaría su nuevo líder, Pepe Vélez.
Los alcaldes y presidentes autonómicos socialistas repetirán de manera automática como candidatos. La competición interna se centrará en las municipales
En Sevilla y Valladolid repetirán sus alcaldes, Antonio Muñoz (sucesor de Juan Espadas) y Óscar Puente. La capital andaluza «será uno de los símbolos de la resistencia del PSOE», servirá para medir la temperatura del partido, igual que ocurre con Aragón, avisa un mando territorial. En Las Palmas, el hoy regidor, Augusto Hidalgo, competirá por el Cabildo de Gran Canaria, lo que podría hacer hueco a la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
El proceso interno de elección de candidatos arranca, precisamente, en septiembre. En aquellas ciudades y comunidades donde el PSOE gobierne, repetirán los alcaldes y presidentes si así lo desean, así que la competición se centrará en las plazas en las que el partido está en la oposición. Y aunque las perspectivas no sean negativas, un ambiente a la baja y la dificultad de reeditar los «extraordinarios» resultados de 2019 hace complicado que el PSOE calque los datos de 2019, y de hecho en las federaciones se reconoce el peligro de perder algunas alcaldías si no se «aprieta» la maquinaria a tope. A lo que suma la depresión en un granero fundamental, Andalucía, en la que Moreno consiguió una mayoría absoluta histórica el 19-J. «Nueve meses«, el tiempo que resta hasta los comicios, «es un mundo«, y el PSOE cree que tiene margen para reaccionar. La carrera está a punto de comenzar y la batalla será dura. Durísima. Porque será el ensayo general, esta vez sí, de las legislativas.
Cómo está el mapa municipal
Las elecciones municipales de 2019 concedieron un «extraordinario» resultado a los socialistas. Cuando ya se agota el mandato local, el partido dirige hoy un total de 22 capitales de provincia: A Coruña, Lugo, Huesca, Castellón, Palma, Las Palmas de Gran Canaria, Soria, Valladolid, Burgos, Segovia, León, Cáceres, Murcia (gracias a la moción de censura de 2021, ejecutada con Cs y Podemos y ganada a los populares), Toledo, Albacete, Cuenca, Guadalajara, Logroño, Sevilla, Huelva, Jaén y Granada (recuperada el año pasado después de que estallara el pacto de PP y Cs). Además, el PSOE pilota otras grandes ciudades como las capitales de Galicia y Extremadura, Santiago de Compostela y Mérida, más Vigo, Ferrol o Gijón.
Son 12 los alcaldes del PP en capitales de provincia: Madrid, Málaga, Zaragoza, Santander, Oviedo, Teruel, Alicante, Almería, Córdoba, Salamanca, Palencia y Ceuta.
El PNV capitanea Bilbao, San Sebastián y Vitoria; ERC, Lleida y Tarragona; los comunes, Barcelona; Junts, Girona; Compromís, València; el BNG, Pontevedra; Ciudadanos, Badajoz —se repartió el mandato con el PP—, Ciudad Real (lo dividió con el PSOE) y Melilla; Unión del Pueblo Navarro (UPN), Pamplona; Adelante Andalucía, Cádiz; Izquierda Unida, Zamora; Coalición Canaria, Santa Cruz de Tenerife (en virtud de una moción de censura que desalojó al PSOE); Por Ávila, Ávila, y Democracia Ourensana, Ourense.
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